¿Olvidaste la meta de todas las metas?
Buenas noches amigos, antes de dormir siempre viene bien leernos un cuento.....
Cierto día un carnicero que estaba atendiendo a sus clientes vio que un perro se metía en la carnicería. Empezó a gritarle para que saliese de la tienda. El perro salió pero a los pocos minutos volvió a entrar y despues de entrar y salir unas cuantas veces más el carnicero se dio cuenta que traía algo en la boca.
Saliendo de detras del mostrador, se acerco hasta el perro y
vio que lo que traía en la boca era una nota envuelta en un plástico. Cogió la
nota y la leyo: “Podría usted enviarme medio kilo de chuletas y cinco
salchichas?”. Envuelto en el plástico venía también un billete de 50 euros.
El carnicero preparó
el pedido y una vez listo metió en una
bolsa las chuletas y las salchichas junto con el cambio. Mostro las asas de la
bolsa al perro, que las puso en su boca y abandonó la carnicería.
El carnicero estaba
asombradísimo y decidio salir detras del perro para ver qué hacía.
El perro camino por
la calle hasta llegar a un semáforo
donde se paró, depositó la bolsa en el suelo, se alzó sobre sus patas
traseras y pulsó el botón para que el semáforo cambiara a verde para los
peatones. Esperó sentado con la bolsa de nuevo en su boca hasta que el semáforo
le dejó pasar, cruzó tranquilamente y caminó hasta la parada de autobus. Al
llegar, observo las señales que indicaban los diferentes autobuses y sus rutas,
se sentó y esperó.
Al poco rato para un
autobús pero el perro no se movió, un poco más tarde llego otro y el perro
subió rapidamente por la parte de atras para que el conductor no lo viese. El
carnicero no daba credito a lo que estaba viendo y subió también al autobús.
Tres paradas después
el perro se alzo sobre sus patas, toco el timbre y cuando el autobús paró se
bajo. El carnicero bajó tras él. Los dos caminaron unos minutos más hasta llegar frente a la puerta de una casa.
El perro dejó la bolsa en el suelo y
comenzó a golpear la puerta con sus patas delanteras mientras ladraba, como
nadie le habría dio un salto a una tapia y de allí salto al alféizar de una
ventana consiguiendo golpear varias
veces el cristal. Salto otra vez a la
calle y volvió a colocarse frente a la puerta. A los pocos segundos la puerta
se abrió y salió un hombre que sin mediar palabra empezó a golpear al perro
mientras le gritaba lo inútil que era.
Al ver aquello, el carnicero
se fue hacia aquel hombre le sujeto para que no pegara más al perro y le dijo:
¡Por favor, deje de pegar al perro! ¿No se da cuenta que está cometiendo una
injusticia?. Este perro es un genio.
“¿Un genio?” grito el
hombre, ¡este imbécil de perro es la segunda vez esta semana que se olvida las
llaves!.
La auto-exigencia, un
alto nivel de ella es la consecuencia de elevadas expectativas con respecto a
la imagen que deseamos proyectar y que creemos que los demás tienen de nosotros
mismos.
Un líder exigente tiene que tener en cuenta que además de
lograr resultados, tiene que sentirse bien haciendo lo que hace, circunstancia
que te obliga a prestar atención a tu bienestar, tus necesidades y tus
intereses.
Cuantas veces eres hombre que pega a tu perro sin ver todo
lo que es capaz de conseguir.....cuantos carniceros te han avisado de ésto??
cuantos te han regalado la oportunidad
de ver que cometes esa injusticia...con quien? contigo....
No hay que olvidar que vivir es la meta de todas las metas,
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