¿Escribiste tu guión?
¿Cómo era el guión que te enseñaron?...A mí desde
pequeñito me empezaron a contar la historia de cómo iba a ser mi vida cuando
creciera y me convirtiera en un adulto responsable y con un futuro prometedor.
Desde niño me fueron narrando cuales eran los pasos que debía de dar para
llegar a tener una vida plena y yo, como todos los niños, me lo creí.
La obra de teatro que montaría en mi etapa de adulto
estaba compuesta por una bonita casa, con una guapa mujer y dos o tres niños
encantadores que sus abuelos llevarían a pasear por las tardes. Los fines de
semana almorzaríamos en casa de mis padres o mis suegros y mi vida estaría
enfocada en ellos, con un puesto de trabajo fijo en una empresa que me
construyese un futuro profesional y algunas salidas de vez en cuando con los
amigos que me distrajesen del quehacer diario.
Ahora tengo algunos años más que aquel niño, crecí, maduré
(lo que pude) y un día, sentado en el escalón de una iglesia junto a una amiga
me escuche relatando que no me gustaba la obra de teatro que querían estrenar
para mí. No me encontraba cómodo con el
atrezzo de aquella obra, sus trajes me ajustaban, el personaje con quien iba a
compartir protagonismo no era el elegido por mí, ni siquiera las secuencias más
importantes eran las que yo diseñaría en mi obra. Decidí cambiar el guión y con
miedo de no gustarle al público estrenar la obra de teatro que yo quería
estrenar.....quizás el nuevo guión no era el “ortodoxo” aunque era la historia
que yo quería vivir.
Aprendí a que no solo hay un guión, una manera de
representar nuestra historia. Aprendí que cuesta ir borrando las líneas del
guión que me escribieron; me costó aceptar que no era mi guión; comprender que
podía tener otro, el que yo quisiera; perdonar porque no me lo escribieron con
maldad sino pensando que era mi mejor camino;
y agradecer que al no gustarme la historia asignada tenía la oportunidad
de escribir la que realmente quería interpretar. Podía elegir con quien, y los
colores del decorado, a quien invitaría y a quien no, el tamaño del telón, los
tapizados del sofá o la duración de cada escena.
Siiiii!! Mi obra iba a ser distinta a como se anunció y
quizás el tipo de público a quien iba a encantar iba a ser diferente....pero
sería mi obra y mi público, mi principio y mi final. Aprendí a abrazar mi obra
“real” y no vivir mi obra “ideal” que otros
y yo habíamos esbozado en el pasado.
Bufff!! Ha pasado tiempo desde
entonces, y veo a otros con obras iguales a la que me escribieron muy felices y
me siento féliz por ellos, incluso a veces siento nostalgia de aquella obra que
elegí no estrenar....pero me miro en el espejo y en él veo al protagonista de mi obra creada por él y para él....quizás no gané un Goya, ni siquiera fui
nominado a ello....pero como escuché ayer en la Gala de esos premios...”hacer una película hoy,
es un acto heróico”, por eso “hacer tu película hoy, te hace ser un verdadero
héroe ”.
¿Y a ti, te dieron un boceto o
simplemente un papel y lápiz para que lo escribieras?
¿Como diriges tu empresa?¿tu equipo?¿tu vida?; ¿Eres un jefe, un padre, un amigo, un hijo desde el poder o elegiste ser un nuevo líder desde la autoridad?; ¿gestionas tu trabajo y tu vida como te dijeron que debia hacerse o como "sientes" que debes hacerlo?....¿le das lapiz y papel a tu equipo y a tu "gente" o simplemente les impones el guión?
Hagamos o lo que hagamos está bien....lo importante es saber que si no nos gusta el boceto podemos escribir otro guión.
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