Como es tu felicitación de Navidad?




¡FELIZ NAVIDAD!...¡FELIZ AÑO NUEVO!...

Cuantas veces escucharemos estas frases a lo largo de los próximos días. Quizás ya has empezado a recibir felicitaciones de Navidad, yo lo he hecho, o quizás estés escribiendo el correo para ello. Recibir esa cita de Navidad de la gente a quien importas o que te importa a tí, se ha convertido año tras año  casi en una rutina y necesidad siendo las dos caras de la misma moneda, a veces vacía de valor.

La capacidad de sentir y recibir cariño de los demás es una de las grandes fortalezas de los seres humanos. Es lo que nos permite que seamos de adultos capaces de demostrar amor, empatía, bondad, perdón o altruismo. El cariño del que hablo es aquel centrado en ser mejores cuidadores de las personas que están en nuestra vida, y en acostumbrarnos a recibir los cuidados y el cariño de los demás, demostrando que apreciamos los pensamientos y gestos con los que nos los muestran. Cuando no sentimos estas cosas, ocurre como cuando no recibimos ninguna o escasas felicitaciones de Navidad, comienzan a germinar problemas en nuestro interior. Empiezan pensamientos del tipo "no  le importo a nadie y nunca le importaré" "nadie me aprecia" "nadie valora mi contribución".

Suele pasar que el cariño no es algo en que pensemos muy a menudo. Nuestras agenda está llena de citas, compromisos , reuniones pero no de anotaciones del tipo "demostrar más cariño a..." o "dejarme querer más por....", solemos prestar más atención al hermano sexy del cariño EL AMOR o al hermano altruista del cariño LA BONDAD. Sin embargo, sin cariño no es posible sentir o demostrar amor, ni nos molestaríamos por demostrar bondad.

¿Que menú podemos preparar esta Navidad para acostumbrarnos a cuidarnos y a demostrar más cariño?..para incluirlo más en nuestras vidas.  Para ello utilizaremos dos utensilios de cocina, El COMPROMISO y la CONSTANCIA. Para hacernos acreedores de más cariño, solo debemos aceptarlo, darnos cuenta de que este sentimiento nos rodea y estar dispuestos a demostrar lo mismo que queremos recibir.

Primer Plato. VOY A QUERERME.

Estamos tan ocupados tratando de no quedarnos detrás de los demás, de superar todo lo que aparece en nuestro camino y de complacer a otros, que tendemos a colocarnos los últimos en la fila. Por eso llega a nuestra vida entre otras cosas, el sobrepeso, el estrés o la falta de sueño. Es hora de que empecemos a preocuparnos por nosotros. En este primer plato saborearemos ese "qué siento" "qué pienso" " qué quiero" "qué necesito" y "qué me hace sentir feliz"

Este primer plato será una ensalada a la que echaremos un buen tazón de horas de sueño al día, medio kilo de comida saludable, un buen trozo de ejercicio semanal, una porción de meditación diaria al inicio y final del día, y un buen chorro de agua a beber diariamente. Para esta ensalada haremos tres tipos de salsas.

La primera es empezar a mirarnos con mejores ojos. Para hacerla metamos una dosis de reconocimiento de lo que somos capaces de hacer o de ser  y una buena porción de recompensa o premio por ello. A ésto le echaremos una cucharada de paciencia y amabilidad con nosotros mismos;

la segunda salsa, consiste en entrar en contacto con nuestro lado emocional más a menudo y para ello pondremos en un cazo tres dosis diarias de examen consciente de nuestras emociones. Para ello inspiramos y exhalamos profundamente, buscamos la emoción que estamos sintiendo en ese momento, y nos quedamos un rato en compañía de nuestras emociones, quedándonos con ellas sin dejarnos absorber por ningún drama emocional.

La última salsa será llevar un diario con todos los actos de cariño, bondad y atenciones que presenciamos y demostremos en el transcurso de estas navidades.

Segundo Plato. SERÉ MÁS VULNERABLE Y ACEPTARÉ EL CARIÑO Y EL CUIDADO DE LOS DEMÁS.

Aunque todos queremos sentir que somos importantes para los demás, en muchas ocasiones nos cerramos a las expresiones de emoción y cariño que nos dirigen, o nos esforzamos por ignorarlas. Nos cuesta pedir apoyo cuando lo necesitamos aunque nos lo ofrezcan continuamente. Recibimos un mensaje preguntándonos como estamos y respondemos con una respuesta rápida, sin darnos cuenta de que alguien está interesado por nosotros y quería abrir una puerta para compartir algo. Nos olvidamos de que el hecho de que nuestra pareja limpie la casa o cocine para nosotros, nuestra madre llame todos los días o nuestro amigo nos haga una llamada es una señal de que nos quiere.

En este plato echaremos una porción de cada una de nuestras áreas de vida, un poquito de salud, de amigos, de familia, de trabajo, de nosotros mismos...Pon por escrito tus sueños en cada una de estas áreas y toma una decisión ¿quieres tratar de afrontar todos estos proyectos por ti mismo o vas a pedir apoyo?. Comparte los resultados con los demás, pide apoyo, ábrete a otros y deja que te ayuden, te enseñen, te alienten...te demuestren su cariño cuidando de ti.

El postre. MUÉSTRATE CERCANO A  LOS DEMÁS.

Nuestro “mundo” no necesita nuestros presentes, necesita nuestra presencia. Estamos tan apegados a lo superficial que nos llama la atención cuando conocemos a alguien que está realmente presente. No está pendiente del teléfono, no mira alrededor, no parece distraído y está centrado en lo más importante para todos, cada uno de nosotros.

La razón principal por la que nuestras relaciones no están cargadas de energía y cariño como nos gustaría, es que raras veces estamos en la relación. Nuestra presencia “está distraída”. Cuando nos encontramos en compañía de otros estamos atentos a un montón de cosas, aparte de ellos. Repasamos que debemos hacer mañana o que tenemos previsto para la semana que viene. No estamos viviendo el momento con esa persona, así que ella tampoco puede estar plenamente con nosotros. El postre consiste en profundizar en nuestras interacciones con los demás, comprometiéndonos por completo con el momento presente y con las personas con las que estamos.

Este estar presente, tiene otro objetivo y es demostrar a las personas que las queremos y que deseamos aprender algo sobre ellas porque la curiosidad es el gran secreto de las relaciones.

Para cocinar este plato escribe el nombre de cinco personas con las que te relacionas frecuentemente. ¿qué ambiciones tienen? ¿qué les gusta? ¿cuáles han sido sus tres mejores experiencias vitales? ¿y su comida preferida? ¿qué le encantaría a esta persona?....¿qué significa el hecho de que a menudo no sepamos estas cosas de las personas más cercanas a nosotros?...

Enfoquemos nuestra mirada en los demás. Inspírales curiosidad mostrándoles la tuya.

En el mundo hay dos clases de personas, las que entran en una habitación y exclaman “¡Aquí estoy!”, y las que entran y dicen “¡Ah, ahí estás!”. ¿TÚ CUÁL QUIERES SER?

¿Cómo sería nuestro nuevo año si cada vez que en estas fechas digamos “Feliz Navidad o Feliz año” a alguien de nuestra vida, estemos comprometiéndonos con este menú?


FELIZ NAVIDAD Y FELIZ AÑO 2015







Comentarios

Entradas populares de este blog

¿Ayudo a que las cosas vayan bien?

Ganas o pierdes las batallas?